Este estudio dice que existe una tal teoría de la justificación del sistema, que postula que la gente adopta creencias que justifican las fallas que existen en el sistema social/económico para sentirse mejor respecto al estatus quo. La gente defiende al sistema porque es en lo que cree, sin su so-called sistema no tienen nada a que aferrarse ya.

O sea que la gente es más propensa a culpar a las victimas [inmigrantes maltratados, niños abusados, mujeres golpeadas, pobres, etc.] y no al victimario [el sistema que los hace a un lado o no hace algo para remediar su situación] para no sentirse mal con si misma por el sistema en el que viven. Al diablo con la morfina y los antidepresivos.
Pongo de ejemplo los casos denunciados de abuso de menores. En Los Demonios del Edén, Lydia Cacho cuenta como cuando unas niñas denunciaron al rey de la mezclilla de haber abusado de ellas, la prensa y la sociedad se volcó en contra de ellas. Las señalaban en la calle y las insultaban, como si fuera su culpa, como si ellas fueron las que incitaron al tipejo este para que las tocara.

Esto me recuerda, por cierto, una discusión que tuve con medio salón de Sociología, que juraban que la gente pobre no tiene dinero porque le da flojera estudiar y trabajar, según ellos los jodidos son jodidos porque quieren. Que porque ya hay becas y vales de despensa y ya no hay pretextos para no triunfar en la vida...

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