No se si les haya tocado ya ser parte de esa gran experiencia futurística que significa subirse a un camión panorámico con televisión (y clima) integrados. Esos camiones son dignos medidores de lo que es básicamente nuestra ciudad de Monterrey en donde un objeto tan mundano como un camión puede convertirse en un escaparate para presumir que sabemos lo que está in en esta temporada en desarrollo urbano (y por supuesto, en invasiones publicitarias a los ojos del público).

Me gustaría decir que el viaje al futuro comienza en cuanto uno se sube al camión, pero no, los choferes son igual de "así" que en los camiones normales, uno esperaría que con el peso extra que pagamos todos los usuarios podrían contratar a alguien con más, no se, clase. La verdad me conformo con alguien que no me hable de compa (porque nunca en la vida apadrinaría un hijo suyo, además), pero bueno, seguimos en el tercer mundo.

A lo que venimos: la televisión integrada. A pesar de haber usado el camión durante toda mi vida de universitario chutandome al Cepy Boy por las mañanas, seguía aferrado a la esperanza de que la idea de programación del pasajero promedio del camión fuera algo más refinado. Con Friends tengo, de verdad, no tienen porque poner a los ganadores del ultimo Sundance solo por mi, de verdad que con Friends tengo. Pero oh, desgracia, ni eso.
Tenemos en cambio 10 anuncios del Popeye's narrados con la dulcísima voz del hermano gordo de Tatiana, seguidos de hits cumbiancheros de la decada pasada (bailamela mela mela x 3 + Verbena!) y justo ahí dejé de poner atención por el bien de lo que queda de mis neuronas.

Así que mejor me pongo a leer y ahí estoy absorto en mi lectura cuando escucho de pronto maullidos extraños. WTF es mi reacción inicial. Luego ladridos más extraños todavía ¿de donde viene? de la tele del camión, por supuesto. Volteo a verla para descubrir horrorizado el macabro espectáculo. Videos de gatos y perros hablando. En mi camión.

Y el premio para el gasto más creativo de nuestros impuestos es paraaaaaa...

Ya ni voy a hablar del corto de huevo cartoons que le seguía, porque para ese momento ya había apagado mi cerebro y me encontraba babeando alegremente con la mirada perdida.

Etiquetas: , ,

Kid Robot plasmó en Internet su estupidez un 11 de febrero de 2008 a las 2:29 p.m..

2 Responses to “Mi vida es un sitcom”

  1. # Anonymous Anónimo

    pues si eres tan fino no te subas en camiones  

  2. # Blogger Ángel L. M.

    jajajaja
    pues no entendi muy bn el titulo

    (y hoy no fui a la clase) xD


    pero esta chido como escribes we

    a ver si t echas una vuelta por mi blog

    x)


    saludos!  

Publicar un comentario